martes, 18 de diciembre de 2007

Solo

Soledad, ayudas a tu prima tristeza,
a que siempre me ponga la mesa
y dice que se queda a cenar.
Tristeza, invitas a tu hermana pereza,
y a ella que todo la da igual
no dice si se viene o se va.
Y yo que estoy acostumbrado a vosotras,
a que siempre me cerreis la boca,
a que siempre me ponga a llorar.
Me resigno, y brindo esta noche con vino,
y digo que si venis conmigo,
al menos me dejeis respirar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya poema mas bonito, me encantan todos tus poemas.
tq

Marea dijo...

gracias. Me alegro de que te gusten.