sábado, 24 de enero de 2009

Incluída Paloma


Paloma cierra la puerta cada día con un portazo seco y fuerte que me recuerda que se ha ido. Se que volvera aunque su humor mañanero parezca que va a fulminar el mundo con todos dentro.

Yo estoy buscando trabajo, y aunque no ceso en la búsqueda, tengo la sensación de que ella no piensa lo mismo. A veces sutiles comentarios, muecas fruncidas y falta de confianza me lo demuestran. Creo que cree que quiero vivir a su costa, rascándome la barriga y utilizando todo el tiempo para escribir. No se si se ha dado cuenta que ahora no tengo ganas.

Trabajaba en un diario de la ciudad y la verdad que me costo bastante encontrar ese puesto de redactor. Estaba muy ilusionado, hasta el mes de estar alli cuando me di cuenta de que era un trabajo que podía hacer cualquiera y que mi experiencia como redactor no era valorada ni en el trabajo ni en el salario.
Creo que mi intención de dar ideas nuevas en el diario fue interpretada como un acto de rebeldía y más pronto de lo que hubiera esperado me vi en la calle, buscando los papeles necesarios para solicitar la prestación.

Al principio todo fueron ánimos, incluída Paloma, hasta que esta situación se alargo en el tiempo: ya llevo 6 meses. La verdad es que me he acostumbrado a estar en casa y si que es verdad que de vez en cuando intento escribir algo o un artículo que pueda enviar como freelance, pero no me sale nada, ni tampoco trabajo.

Ahora sigo en la cama, cada día me levanto más tarde pero mañana empezaré a buscar cualquier cosa. Los marcos de las puertas cada mañana me lo agradeceran.