
Habíamos aparcado lejos de la carretera , porque así estaríamos cerca del río y podríamos acampar lejos de los ruidos de los coches. Llegamos tarde pero todavía había luz y pudimos montar la tienda. De momento solo estábamos Edu y yo, pronto llegarían los demás.
Empezamos a montar la tienda y bueno entre los dos en un momento estábamos sentados en el suelo, con una cerveza y mirando el cielo. Empezaba a refrescar y los demás todavía no habían llegado. Edu les llamaba al móvil pero no contestaban.- Vendrán de camino- le dije. Le notaba que se estaba impacientándose pero seguramente no tendrían los móviles a mano.
Se estaba haciendo tarde y la verdad es que yo también me empecé a preocupar. No quería comentar con él nada pero era inevitable. Él no dejaba de decir que ya era tarde, que haber si les había pasado algo, que donde estarían, que si se habrían perdido.... Yo también lo pensaba y me daba miedo verme solo allí con Edu y que a ellos les hubiera pasado algo.
En medio de nuestros pensamientos vimos una luz. Joder eran ellos. Menos mal. Venían con la música a todo trapo, tan felices cantando. Los móviles estaban en las mochilas y ni siquiera los oyeron. Estábamos preocupados – dijimos, pero ellos no nos tomaron en serio.
Montaron su tienda, y nos pusimos a cenar y beber. Beber demasiado como hacíamos siempre que íbamos de acampada.
Javi se puso muy animado. Le decíamos que no voceara y que bajara la música del coche, pero el estaba demasiado animado como para querer acabar su fiesta. Empezó a desvestirse y amenazar que pensaba meterse en el rio. Entre nuestros avisos de deja de hacer el tonto y las risas de Manuel fue corriendo hacia la orilla y se zambullo en el agua. Todos reímos de lo loco que estaba, pero tardaba en salir. Al final no nos quedo mas remedio que acercarnos al rio, llamarle, pero nada. Decidí meterme al agua a buscarle pero era de noche, el agua estaba congelada y yo asustado.
Llamamos a la Guardia Civil y pronto nuestro tranquilo lugar de acampada se convirtió en una fiesta de luces de coches.
NO hemos vuelto a ir de acampada y Javi tampoco.
Empezamos a montar la tienda y bueno entre los dos en un momento estábamos sentados en el suelo, con una cerveza y mirando el cielo. Empezaba a refrescar y los demás todavía no habían llegado. Edu les llamaba al móvil pero no contestaban.- Vendrán de camino- le dije. Le notaba que se estaba impacientándose pero seguramente no tendrían los móviles a mano.
Se estaba haciendo tarde y la verdad es que yo también me empecé a preocupar. No quería comentar con él nada pero era inevitable. Él no dejaba de decir que ya era tarde, que haber si les había pasado algo, que donde estarían, que si se habrían perdido.... Yo también lo pensaba y me daba miedo verme solo allí con Edu y que a ellos les hubiera pasado algo.
En medio de nuestros pensamientos vimos una luz. Joder eran ellos. Menos mal. Venían con la música a todo trapo, tan felices cantando. Los móviles estaban en las mochilas y ni siquiera los oyeron. Estábamos preocupados – dijimos, pero ellos no nos tomaron en serio.
Montaron su tienda, y nos pusimos a cenar y beber. Beber demasiado como hacíamos siempre que íbamos de acampada.
Javi se puso muy animado. Le decíamos que no voceara y que bajara la música del coche, pero el estaba demasiado animado como para querer acabar su fiesta. Empezó a desvestirse y amenazar que pensaba meterse en el rio. Entre nuestros avisos de deja de hacer el tonto y las risas de Manuel fue corriendo hacia la orilla y se zambullo en el agua. Todos reímos de lo loco que estaba, pero tardaba en salir. Al final no nos quedo mas remedio que acercarnos al rio, llamarle, pero nada. Decidí meterme al agua a buscarle pero era de noche, el agua estaba congelada y yo asustado.
Llamamos a la Guardia Civil y pronto nuestro tranquilo lugar de acampada se convirtió en una fiesta de luces de coches.
NO hemos vuelto a ir de acampada y Javi tampoco.