aunque a veces eran más,
el tuyo y el mío.
Descansaba tan contento,
cuando se dormía el río,
dormido.
Hoy paseo por tu cara,
recorriendo tu cuerpo,
apenas recuerdo nada,
apenas ya nada es cierto.
La mentira se expiraba,
como el ruido y el silencio,
perdido.
Dormitaba en el rubor
del momento, tranquilo,
y sincero.
Hoy ya no me queda más,
que este disfraz de muerto,
de perder lo que no es mío,
de enterrarme en este huerto.
La verdad tenía un camino,
aunque a veces eran más,
el tuyo y el mío.