martes, 4 de diciembre de 2007

Entre dos aguas

No soy muy aficionado a la guitarra flamenca, pero navegando encontre este video de Paco de Lucia donde interpreta el tema "Entre dos aguas". Lo vi y quede maravillado tanto por la ejecucion como por lo bonita que es la cancion. El minuto 4:53 es increible.

Asi nos saluda cachuzo

Gallinas


VISTO EN ESCOLAR.NET

Rafael Barrett

Mientras no poseí más que mi catre y mis libros, fui feliz. Ahora poseo nueve gallinas y un gallo, y mi alma está perturbada.
La propiedad me ha hecho cruel. Siempre que compraba una gallina la ataba dos días a un árbol, para imponerle mi domicilio, destruyendo en su memoria frágil el amor a su antigua residencia. Remendé el cerco de mi patio, con el fin de evitar la evasión de mis aves, y la invasión de zorros de cuatro y dos pies. Me aislé, fortifiqué la frontera, tracé una línea diabólica entre mi prójimo y yo. Dividí la humanidad en dos categorías; yo, dueño de mis gallinas, y los demás que podían quitármelas. Definí el delito. El mundo se llena para mí de presuntos ladrones, y por primera vez lancé del otro lado del cerco una mirada hostil.
Mi gallo era demasiado joven. El gallo del vecino saltó el cerco y se puso a hacer la corte a mis gallinas y a amargar la existencia de mi gallo. Despedí a pedradas el intruso, pero saltaban el cerco y aovaron en casa del vecino. Reclamé los huevos y mi vecino me aborreció. Desde entonces vi su cara sobre el cerco, su mirada inquisidora y hostil, idéntica a la mía. Sus pollos pasaban el cerco, y devoraban el maíz mojado que consagraba a los míos. Los pollos ajenos me parecieron criminales. Los perseguí, y cegado por la rabia maté uno. El vecino atribuyó una importancia enorme al atentado. No quiso aceptar una indemnización pecuniaria. Retiró gravemente el cadáver de su pollo, y en lugar de comérselo, se lo mostró a sus amigos, con lo cual empezó a circular por el pueblo la leyenda de mi brutalidad imperialista. Tuve que reforzar el cerco, aumentar la vigilancia, elevar, en una palabra, mi presupuesto de guerra. El vecino dispone de un perro decidido a todo; yo pienso adquirir un revólver.
¿Dónde está mi vieja tranquilidad? Estoy envenenado por la desconfianza y por el odio. El espíritu del mal se ha apoderado de mí. Antes era un hombre. Ahora soy un propietario…

Publicado en “El Nacional”, 5 de julio de 1910. Más artículos de Barrett.
Visto en Pierre Nodoyuna.

El pelo, la cara, el vello, las piernas, la celulitis....


Me hace gracia(o pena) la cantidad de tiempo que pierden algunas mujeres tan solo para salir de casa.
Por las mañanas para ir a trabajar te encuentras mujeres que son verdaderas obras de construcción, con sus capas de gotéele, su albañilería y atrezo.
Parece mentira que creamos que estamos liberadas cuando somos mas esclavas que nunca. Antes de la casa y el matrimonio y ahora del físico. Cada parte de nuestro cuerpo se convierte en un problema y en algo a cuidar. El pelo requiere cuidados, la cara, el vello, las piernas, la celulitis, el pecho, las estrías, los pies... y un sin fin de partes que yo al descuidarlas casi todas no recordare que ya esta lista me ha costado lo mío. Por que yo me ocupo de mi higiene, de una imagen, pero no soy esclava de la moda ni del momento.
Nos tienen tan distraídas con esto que no nos ocupamos de nuestros verdaderos problemas. Así es más importante estar depilada que tener un parto natural, o por lo menos lo primero se lo plantean más que lo segundo. (También por que nos han convertido en inútiles y nos han hecho creer que no sabemos parir y que nos hace falta recurrir al parto instrumental)
Si nos preocupamos de la imagen, de lo que mas, luego no podemos pedir que se nos tengan en cuenta otras cosas si nosotras mismas solo destacamos esas.
En ocasiones la imagen de la mujer que se nos impone llega a minar tanto nuestra autoestima hasta el punto de ocasionar complejos que parecen tener la única solución en el quirófano. Operaciones de pecho que nos convierten en mujeres imposibles, amorfas, pero que son el canon de belleza del momento, sin pensar en todos los riesgos que conlleva una operación y el postoperatorio.
Junto a esto no hay que olvidar las eternas dietas de las que las mujeres son esclavas, y hacen que su vida sea un martirio sin poder disfrutar de la comida.
Nos os da envidia ver a un hombre calvo, gordo pero feliz. Nosotras también podemos serlo solo hace falta saber que no es tan importante y que si no nos preocupáramos tanto por el físico, por estar perfectas, no habría una competición continua entre nosotras.