Creo que no hay nada como desear algo mucho para que pase. Algo asi me ha pasado con esta gata. Deseaba tanto que apareciera que no me daba por vencida en su búsqueda, y aunque ya había pasado casi una semana desde que desapareció, la sentía cerca y pensaba que no podía parar de buscarla porque ella estaba alli esperando a ser encontrada.
He tenido que luchar contra la resignación de los demás a pensar que nunca la encontraríamos, que me olvidara de ella. Pero como olvidarla cuando podía sentir hasta su pelo y notarla cerca, bueno tan cerca que cuando la encontramos estaba casi donde se perdió.
Tenía carteles preparados, y la entrada en el blog, solo me faltaba ir a la perrera, pero de gatos, para saber si andaba por alli, y cuando ya se me estaban acabando los recursos aparece.