lunes, 17 de diciembre de 2007

Mi madre y yo

Mi madre se ha empeñado en que vayamos juntas de compras. Nunca hacemos nada juntas, más que nada porque no nos llevamos muy bien, y tal vez ha pensado que ya es hora de que hagamos las paces. Pero de compras.... no me interesa mucho ir a comprar nada, no soy coqueta, no me gustan los complementos, ni joyas, fulares, ni ir a la última... todo lo contrario que a ella. Pero bueno yo también voy a hacer un esfuerzo.
Mi madre es una directiva de una conocida revista de moda. La verdad es que es una triunfadora y a veces me siento demasiado pequeña a su lado. Tal vez por eso nunca he competido con las mujeres en el físico y en la ropa, ya que en mi caso no gano ni a mi madre. Tal vez por eso ando tan desaliñada como ella me dice. Me tuvo con 20 años y juntas parecemos hermanas, solo que ella es la hermana guapa.
Básicamente me crio mi abuela porque ella estaba casi siempre viajando, reuniones maratonianas y la verdad la veía poco.
Nunca me he sentido muy cercana a ella. A mi me gustan los bollos de mantequilla, el olor de la leña en la lumbre, el otoño y los mofletes rosados de mi abuela. A mi madre el champan, las joyas y los vestidos de firma.
Vendrá a buscarme sobre las 19:00 para ir al centro comercial de las afueras. Luego seguramente iremos a cenar.
Ya veo llegar su coche
- Todavía estas así?. Creía que ya estarías arreglada.
- Ya lo estoy -Pensé
Empezamos mal. No tengo nada más elegante que estos vaqueros. Empezamos mal.
Estuvimos toda la tarde de tienda en tienda. Se empeño en que me probara un montón de modelitos que me disfrazaban de payaso, de mujer fatal, de ejecutiva... de todo lo que no soy.
Después fuimos a cenar a un restaurante cercano.
Mientras mi madre pinchaba sus trocitos de ensalada y troceaba su pollo a la plancha sin sal, vi sus arrugas, las que no había visto nunca, sus miedos, su edad. Vi que tenia problemas, que no todo era el glamour que yo sentía, y vi que estaba sola.
Entonces me sentí mas cerca de ella que nunca. Y pensé que me había encantado el dia y que me encantaba ir a cenar con ella.
- Esta buenísimo mamá, cuando repetimos? – En su rostro se dibujo una tierna sonrisa.

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