
Seguía debajo de las sábanas, con la persiana bajada en la fría habitación de hotel, aunque no estaba dormido e intuía que serían alrededor de las 8 de la mañana. En breve volvería a sonar el móvil, y sería Marta otra vez, pero de nuevo lo dejaría sonar. Hoy tampoco podía hablar con ella, seguía teniendo ese nudo horrible en el estómago que no me dejaba salir de la cama ni comer.
Hacía dos semanas que todo había cambiado, y desde entonces no había vuelto a hablar con Marta a pesar de sus insistentes llamadas. No era odio era debilidad lo que me impedía enfrentarme a ella.
La historia empezó hace 3 años cuando ella insistió en que viniera a Madrid. Por aquel entonces desde la Coruña la idea se me antojaba nada apetecible, perezosa y lejana pero hice la maleta y me instalé en el castizo barrio de lavapiés donde ella vivia. Su piso pequeño era suficiente para los dos, suficiente para que no me sintiera que invadia su espacio y que estaba de prestado.
Encontré un trabajo de administrativo, no pagaban mucho pero por lo menos podía vivir en esta ciudad que empezaba poco a poco a gustarme.
Los años pasaron volando, el círculo de amigos de Marta se abrió para mi, y el trabajo iba bien...Todo parecía perfecto. Nunca imaginaría, y menos ahora debajo de las sábanas pensando una y otra vez en ello, que no estaba alli por casualidad, que todo estaba planeado y que solo me estaban utilizando.
Una mañana me levanté con algo de dolor de cabeza y espalda. Fui hasta la oficina pero no duré alli mas de 3 horas. Decidí irme a casa y descansar, asique volví por donde habia venido.
Introduje la llave en la cerradura y me pareció que no estaba como siempre, pero llegaba tan febril que no le di importancia. Cuando entre al salón y vi a aquel niño de unos 6 años con la misma cara que Marta me quede petrificado. El niño me miraba serio, pero no asustado. Yo si lo estaba, no entendia nada.
Yo conocí a Marta en un viaje que hizo a la Coruña, alli estaba sola me dijo que de negocios y todo surgió. Vino varias veces en un año a verme y mantuvimos la relacíón por teléfono e internet. En una de sus últimas visitas me convenció para que viniera a vivir a Madrid. Insitió tanto que al final hasta me pareció buena idea. Pensaba buscarme algo de alquiler pero por aqui esta tan mal el percal que decidí vivr con ella ya que por ella me había venido.
Pronto salió ella de la habitación y mando a aquel niño entrar a recoger sus cosas.
No sabía por donde empezar, no sabía como explicarme que Pablo era su hijo, que estaba casada y que aquello no era más que un apartamento donde se escapaba, antes sola o con otros y ahora conmigo.
Me quería morir. Había cambiado mi vida, dejado a mi familia, el trabajo... todo por un capricho de una tía a la que yo no importaba. Ella tenía su vida, yo ya no tenía nada.
Han pasado dos semanas ya pero sigo debajo de las sábanas de esta fría habitación de hotel, sin poder cogerla el móvil.
Mañana debería de ir al médico para que renueve la baja aunque no se si tendre fuerzas para salir de la cama
2 comentarios:
Por fin me deja publicar comentario, ahora que buenamente puedo y los lacrimales me dejan quiero animarte a seguir escribiendo, tienes muchos talentos y entre ellos este.
tq mucho mi amor, voy a intentar hacer mi aportacion a este sitio.
tq
dios te oiga para mi y para todos. Porque esto es un poco kk
Publicar un comentario